Por último

"...haber estado complicado con el viento que siempre tiene razón,
con la tierra y el agua y con la hierba que siempre tienen razón."
(R.G.A.)

26.11.08

"La poesía nos enseña a esquivar las trampas de la realidad"

José Manuel Caballero Bonald

Sus últimos versos aparecerán en La noche no tiene paredes. El z autor confía en el poder curativo de la obra poética frente a la indolencia y la apatía: "Es una línea recta hacia la emoción"

La edad me ha ido dejando / sin venenos, / malgasté en mala hora / esa fortuna. / ¿Qué más puedo perder?", se pregunta José Manuel Caballero Bonald (Jerez de la Frontera, 1926) a sus 82 años recién cumplidos, en su nueva obra, La noche no tiene paredes, un libro de poemas cuyo título es "intencionadamente novelístico" y que hasta cierto punto sigue, según sus propias palabras, "la norma estilística del anterior, Manual de infractores, porque aunque en lo formal éste se acerque un paso más al irracionalismo, en su temática aparecen otra vez la obsesiva meditación sobre los estragos del tiempo y la ira hacia los desastres cotidianos de este mundo en el que por el lado de los poderosos predominan el caos, la injusticia, el engaño y las arbitrariedades, y por el lado de los débiles impera la sumisión". No es su caso, al menos no siempre, porque como también se dice en otros versos del poema que hemos citado, aunque a menudo sienta que ya vive "el tiempo / ruin de los antídotos", y que ya no tiene a mano "la osadía de bordes delictivos", "el amor consumiéndose / como un licor impuro" o "la excitante / trastienda de la noche", de vez en cuando vuelve a apoderarse de él "cierto amago fugaz de furia y desacato".

PREGUNTA. ¿No será que con tanto criticar la poesía social y convertir en sospechosos a los escritores comprometidos se terminó por alejar la poesía de la realidad y ahora va a hacer falta encontrar algún camino de regreso, algún atajo que la traiga de vuelta a los lectores?

RESPUESTA. La poesía social tuvo muy mala prensa, y con razón, porque muchos la habían abaratado a base de simplificar el lenguaje, reducir los argumentos del poema a simples consignas y desdeñar su parte artística en beneficio de su parte ideológica. De todo aquello queda lo único que puede quedar: los poetas como Blas de Otero, que era grande al margen de lo que escribiera. Y desde luego que hoy hace falta también una poesía que, como mínimo, no le dé la espalda a la degradación de las sociedades en las que vivimos y en las que los poderosos nos engañan, nos dejan sin apoyaturas, se reparten el mundo, se lo llevan todo y ganan siempre, en cualquier circunstancia, y más aún cuando todos los demás pierden, tal y como está viéndose ahora mismo, porque la crisis económica los está haciendo más ricos todavía. Yo creo que ya empieza a verse en ciertos poetas jóvenes una reacción, una crítica a lo que está ocurriendo, y eso es importante porque aunque éste sea un mundo de personas serviles, la buena literatura está hecha por gente desobediente.

P. Imagínese que en lugar de tener 82 años tuviese 25 o 30. ¿Sería uno de esos jóvenes? ¿Qué tipo de poesía intentaría escribir?

R. La que estoy escribiendo en los últimos tiempos, desde Manual de infractores hasta ahora mismo, en La noche no tiene paredes, cuyo título ya es una metáfora de la libertad. Creo que podría sentirme bastante cómodo entre algunos de esos poetas de ahora mismo cuya única escuela es que no tienen ninguna, sino que cada uno va por su lado, aunque me parece que todos ellos comparten, cada uno a su modo, un cierto gusto por el hermetismo y un rechazo hacia ese realismo plano que proviene del siglo XIX y que tan arraigado está en la poesía y la novela españolas. Yo estoy contra la poesía que cuenta las cosas tal y como son, porque para mí el poeta nunca puede caer en lo obvio, no debe ofrecer una fotocopia, sino una interpretación de la realidad, un modo de ahondar en ella, de buscar sus enigmas. A mí, el contacto con esos jóvenes a los que me une cierto parentesco estético me sienta bien, me quita años de encima.

P. Suele decir que la poesía tiene para usted un poder curativo. Si es así y en España se lee tan poca poesía, es que este país está enfermo... ¿De qué?

R. De indolencia. De apatía. De sumisión. La mayoría nos hemos vuelto conformistas, gregarios, cuando no directamente serviles. Y una minoría, pero que es muy ruidosa, no se ha vuelto nada, sigue igual que siempre, en el franquismo o en sus alrededores, me refiero a toda esa gente que no tolera los derechos de los demás, aunque ejercerlos no vulnere ninguno de los suyos: los que se manifiestan contra el divorcio, contra las bodas entre personas del mismo sexo, contra el aborto; a favor de que se imponga en los colegios, por la fuerza y sin alternativas, la asignatura de Religión; o que son enemigos viscerales de la Ley de la Memoria Histórica, porque preferirían que las víctimas de la represión sigan enterradas en fosas comunes y que las estatuas de Franco sigan en las plazas públicas... Reconozco que todo eso me indigna, me hace sentir que en España aún pervive un lado oscuro, cerril, grosero. Y es verdad que, frente a todo eso, frente a una realidad a veces tan escabrosa, para mí la poesía ejerce un poder curativo, y tengo la esperanza de que eso pudiera ocurrirles también a otros, por eso creo que cualquier iniciativa que se encamine a promover la lectura de poesía tiene que ser celebrada como una muy buena noticia. En cualquier caso, parece que de un tiempo a esta parte se lee algo más, aunque no se trate de un aumento espectacular en cuanto a la cantidad, pero sí en lo que respecta al porcentaje: si antes se vendían 2.000 ejemplares, ahora pueden venderse 4.000. Es poco, pero es el doble.

P. Y a un aspirante a poeta, ¿qué consejos le daría?

R. Bueno, que lea este libro tuyo que acabas de reeditar, Siete maneras de decir manzana. Yo lo acabo de releer con gusto y estoy de acuerdo con muchas de las cosas que dices, aunque no comparto tu admiración por algunos poetas como Auden. Pero claro, ésa es una cuestión de gusto personal, porque a algunos compañeros de generación, como Jaime Gil de Biedma, también les gustaba mucho, y yo creo que, de hecho, tiene mucha influencia de él en su obra.

P. ¿Qué papel cree que puede jugar la poesía en este mundo de realidades globales, corrientes de opinión y pensamientos únicos?

R. Puede ser una defensa contra todo eso, porque la poesía nos enseña a pensar por nosotros mismos, a formarnos una opinión personal de las cosas y a esquivar las trampas de la realidad. Y además es una línea recta hacia la emoción, que yo creo que es el sentimiento más noble, el más exquisito de todos. Yo recuerdo muy bien ese sentimiento, me acuerdo de cuando empecé a leer y a saltar de un libro a otro; al principio, alguna novela de Emilio Salgari; luego, otras de aventuras, especialmente si ocurrían en el mar, que siempre fue mi escenario predilecto, y así llegué a Robert Louis Stevenson, a Joseph Conrad, a Herman Melville, a Jack London... Y después llegué a la poesía, en una temporada en la que estaba enfermo, en cama, y un amigo me llevó la antología de los poetas de la Generación del 27 hecha por Gerardo Diego y un tomo de Juan Ramón Jiménez que me dejó paralizado, me turbó de un modo inexplicable y me hizo sentir esa emoción rara y muy profunda que, en mi caso, fue lo que me impulsó a querer ser poeta. Otro consejo que le daría a un joven que quisiera aprender a escribir versos es que lea de arriba abajo a Juan Ramón Jiménez, que con todos sus excesos es un entrenador de poesía extraordinario.

P. Volviendo a los cambios que ha habido en su última poesía, no deja de ser curioso que cuando quiere hacer una poesía que proteste, que clame contra los horrores de este mundo, opta por la severidad, en lugar de por la opulencia, que era el camino de Neruda, Alberti o Miguel Hernández. ¿Piensa, como Auden, que cualquier poeta moderno que levante demasiado la voz sonará falso?

R. Lo que está claro es que hoy ya no hay Albertis ni Nerudas, que ya no quedan poetas de esa estirpe, combativos, militantes, abanderados que tenían la voluntad de serlo porque escribían versos para ser dichos en plazas públicas llenas de banderas, por así decirlo, seguramente porque ni las circunstancias históricas son iguales ni la concepción que los poetas tenemos de nosotros mismos caballero bonald es la misma. Al menos en nuestra cultura, porque en el mundo árabe, por ejemplo, es muy distinto, yo he estado en algunos países en los que los poetas son poco menos que reverenciados, y los he visto leer para multitudes enfervorizadas, en campos de fútbol en los que sesenta o setenta mil personas los aclamaban como a héroes, coreaban los poemas... Algo increíble. En nuestro ámbito, a veces es fácil tener la impresión de que un artista es un estorbo, o un ornamento, pero en otras partes todavía se ve a los creadores casi como oráculos, o al menos se los considera, en principio, personas a las que merece la pena escuchar. Quizá es que el interés por la cultura es allí más profundo y aquí más superficial.

(Fragmentos del reportaje de BENJAMÍN PRADO en © Babelia )

5.11.08

Vidas robadas en... "el campo"

"La ruta de la soja es la ruta de la trata de mujeres"

Jorgelina Londero (ARTEMISA)
Del 24 al 26 de octubre pasado se realizó en la Granja Agroecológica La Verdecita, Santa Fe, el III Encuentro Latinoamericano de Mujeres Urbanas y Rurales por la Soberanía Alimentaria. Más de un centenar de mujeres debatieron, intercambiaron historias de vida, saberes y experiencias colectivas de lucha, y se movilizaron por el cinturón hortícola más rico y diversificado del país, hoy convertido en un desierto de soja.
Más de 150 mujeres de distintas provincias de Argentina, Bolivia, Perú, Uruguay, Brasil, Paraguay, Estados Unidos, España, los Países Bajos y Méjico intercambiaron historias de vida, saberes y experiencias colectivas de lucha por la defensa de derechos en el III Encuentro Latinoamericano de Mujeres Urbanas y Rurales por la Soberanía Alimentaria, llevado a cabo en la Granja Agroecológica "La Verdecita".
El corazón de lo que alguna vez fue el cinturón hortícola más rico y más diversificado del país, hoy convertido en un desierto de soja, fue el escenario de este encuentro que unió a mujeres para debatir acerca del impacto del modelo productivo y de consumo, los agronegocios, el neoliberalismo, el patriarcado, la división internacional y doméstica del trabajo, la explotación sexual y la trata de personas.
Durante tres días se trabajo en comisiones y plenarias para analizar estos principales mecanismos de opresión y control social de las mujeres y pensar las estrategias y alternativas para sostener la lucha por el derecho a la libertad, a una vida digna, el derecho a decidir sobre el propio cuerpo, a la tierra, a la producción y al consumo de alimentos sanos.
"La ruta de la soja es la ruta de la trata de mujeres y niñas y la integración regional de las multinacionales explota nuestros bienes naturales y nuestros cuerpos" es una de las tantas e impactantes conclusiones de este encuentro.
La comisión que reflexionó acerca del neoliberalismo, el patriarcado, los agronegocios y la marca en el cuerpo de las mujeres usó esta metáfora para denunciar que en los territorios devastados por el modelo sojero se hace más evidente el fenómeno de la apropiación de la vida y los cuerpos de las mujeres.
El modelo sojero no sólo produce la contaminación de nuestro suelo y expulsa a las poblaciones rurales hacia las periferias pobres de las ciudades, también agrava la situación de vulnerabilidad de mujeres y niñas. Basta con mirar los márgenes de los hegemónicos y famosos "caminos de la producción" para encontrar las postales de miseria y olvido apenas iluminadas con las luces de las whiskerias donde los cuerpos de las mujeres son sometidos, violados y explotados comercialmente no sólo por los varones, sino por todo un sistema ideológico y de negocios naturalizado y validado por la sociedad.
Ana Fiol - comunicadora y una de organizadoras- explica que "las multinacionales nos miran como un territorio a cortar en tajos, ven el territorio y no las comunidades; entonces aparecen las rutas destinadas a sacar la producción que las enriquece y a los costados aparecen todas las consecuencias de este sistema patriarcal y capitalista que odia a las mujeres. En lo social las mujeres somos invisibilizadas, en lo simbólico somos cosificadas y en lo económico explotadas. En la cotidianidad y en los medios de comunicación los cuerpos de las mujeres son brutalizados" afirma Fiol.
Todas las voces, soberanas todas
Entre las más diversas, valiosas y emotivas reflexiones, la compañera santafesina Avelina Amatti expresó que "el hombre ha tratado a la tierra igual que como trata a las mujeres; sino logramos que amen y respeten la tierra nunca podrán amarnos a nosotras".
"Este sistema neoliberal está terminando con los seres humanos. Todas y todos quienes estamos comprometidos con esta lucha sabemos que los culpables son de otros países que con la bendición de nuestros gobiernos compran las tierras de campesinos y nos matan" manifestó Adelinda Díaz, peruana, dirigente social y Secretaría General de Trabajadoras del Hogar. "Nuestra primera responsabilidad es unirnos y organizarnos, porque tenemos que tener en cuenta que los enemigos se organizan silenciosamente y aunque ellos viven de nuestros recursos, nosotras/os tenemos la voluntad de oponernos y presenciar la caída del capitalismo".
"Los primitivos habitantes de mi país siempre decían que el viento, el agua, los árboles no son negociables; no se puede atrapar, tomar estas riqueza y repartirlas inequitativamente. Son riquezas que heredamos y tenemos que cuidar para las otras generaciones" cuenta Silvana Brites de Paraguay, integrante de una organización que hace 9 años trabaja por los derechos de las familias que fueron violentamente desalojadas de sus tierras en la dictadura. "Somos unos salvajes porque no pensamos en los pájaros que no pueden poner sus nidos en las ramas de la soja y no nos detenemos a pensar en esto tan despiadado. Este encuentro me ha hecho muy bien, he encontrado mujeres guapas, preocupadas por esta guerra fría que tenemos que enfrentar porque a todas nos afecta".
La Diputada Nacional del MAS boliviano, Julia Ramos Sánchez contó: "vengo propuesta por una organización social; soy representante de las mujeres campesinas, indígenas y originarias Bartolina Sisa, del departamento de Tarija y de esta forma vamos participando y llegando hasta los niveles de decisión, para poder seguir generando políticas de bienestar basadas en la transparencia, la honestidad y el servicio a todas y todos". Y agregó "debemos cuidar nuestras tierras. La madre tierra no la debemos utilizar, solamente para fines de lucro y fines de intereses que nos permitan enriquecernos y destrocen el medio ambiente. Hay temas fundamentales, como la tierra, el agua y los servicios, tanto salud como educación, que deben ser un servicio de primera línea para nuestro pueblo".
"Hoy nos necesitamos, blancos, morenos, sabios, y el que no sabe ni escribir ni la jota, valemos igualitos y por eso tenemos la gran responsabilidad de ayudarnos entre todas y todos y si nos ayudamos, seremos felices el día de mañana, triunfadores. Igualitos nos juntamos para podernos desarrollar entre todas/os y construir el nuevo modelo, no solamente en Bolivia, en América Latina. Otro mundo es posible, justo, social, para todas/os".

Tomado de Argenpress" (allí, el artículo completo)

3.11.08

José Luís Mangieri: pasión por la vida, o sea, la poesía, o sea, la vida.

 

Periodista, poeta, mítico editor de poetas imprescindibles. Lo conocimos en La Plata, en la (breve) primavera democrática de Alfonsín, cuando la inmensa librería Libraco, de Emilio Pernas, era la playa de bienvenida de tantos y tan valiosos exilados, externos e internos. La esperanza de esos rostros curtidos en la lejanía, hacían de Libraco una fiesta perpetua en esos años. Mangieri llegaba con un mirar ladeado (años de clandestinidad que, sin embargo, no borraban cierto humor porteñísimo), traía sus nuevos hijos: la naciente colección de “Libros de Tierra Firme” y distribuía inhallables de Siglo XXI y de otras editoriales proscriptas. Su maleta era el refugio de sobrevivientes resguardados en quién sabe que sótanos, que buhardillas, qué anaqueles.

Años después, visitó la ciudad en muchas ocasiones, la presentación de sendos libros de Diego Roel, o un homenaje a su querido Raúl González Tuñón, el primero que blindó la rosa lo acercaban a nosotros. Siempre con un aire distraído, pero presto a las anécdotas más jugosas y a no maquillar los recuerdos con concesiones gratuitas al presente. Atento a la poesía, a los poetas. A los nuevos y a los viejos “que aún andamos jodiendo por ahí”.

Mangieri legítimo:

“Toda la amplitud que tuve en mi vida política e intelectual se la debo al conventillo, donde conviví con una enorme mangiericantidad de obreros y donde también estaba, por supuesto, la prostituta que se llamaba María y nos regalaba caramelos los domingos”, decía el poeta. Cuando en los años ’40 leyó El violín del diablo y Miércoles de ceniza, de Raúl González Tuñón, sintió por primera vez que la poesía “era la exaltación de la belleza a través de la palabra”.

“No me fui por varias razones, así como los que se fueron habrán tenido sus propias razones. Entre mis propias razones hay una que tiene un peso enorme: si yo, con algunos de los libros que publiqué, tuve que ver con que hubiese gente que se decidiera a tomar el camino de la lucha armada, ¿cómo me iba a ir? ¿Qué, acaso alguien se imagina que uno podría mandarse a mudar y después mandar saludos desde París? –razonaba Mangieri–. Creo que quedarme era mi responsabilidad política y que no habría tenido derecho de irme.”

“Me gustaría que la gente dijera de mí: ‘Con pasión, hizo lo que pudo’. Sería un buen final.”

Extraído de: aquí (ver también audio y video sobre J.M. Mangieri)

Con tanto imbécil suelto, su recuerdo de seguro, seguirá jodiendo por ahí.

Últimos días del peor de todos

Tendrá la "madre patria" un presidente negro?, ¿insistirá con otro "héroe" republicano?. El pesimismo de la inteligencia (y un poco de memoria histórica) nos indican que aunque gane Obama, la gran esperanza de los liberals progres del mundo, nada cambiará demasiado. El optimismo de la voluntad (y el hartazgo, claro) hace que prefiramos a don Obama, sus maneras serán otras... (¿serán mejores?).

Pero algo de bueno sucederá de cualquier modo: por fin se va Jorge W.

(lo que sigue: para leer escuchando a estos uruguayos geniales):

search & destroy

apuntes escolares,

en el 68, Viet Nam quedaba lejos

como el verano del amor o el Yellow Submarine,

casi tan lejos como hoy,

("lo que no conozco con mi piel no existe",

repetía una aspirante a etnóloga,

tiempo después,

enredada entre sábanas conmigo);

en el 68, My Lai quedaba lejos,

y como en los relatos de Borges y de Stevenson,

los Otros apenas tenían un nombre sonoro,

costumbres extrañas, ídolos oscuros sin estampita propia,

en el barrio,

en esa esquina del infinito,

las alegres vecinas sin Winco,

siempre con algo que esconder y confesar en domingo,

se estremecían con las primeras planas,

leían: vietnamitas, comunistas,

y escuchaban temerosas la canción

"movilicémonos, movilicémonos,

oh mi señor,

el diablo acecha y no sabemos dónde,

los demonios son feos, extraños y taimados,

búscalos y mátalos desde tu corazón",

los americanos en cambio,

algo torpes,

acechaban a la vuelta de casa,

con sonrisas higiénicas,

simpatía de chiclets y tan pragmáticos

ante nuestra avidez aventurera,

siempre inoportuna y fantasiosa,

(años atrás, la señorita Judith,

guardapolvo impecable y gesto adusto,

como un Domingo Faustino con polleras,

nos desasnó con triste afectación,

a nosotros, pobres brutos de barrio,

apenas contuvo las lagrimas explicando cómo

mataron a Kennedy, un demócrata, dijo)

USA era la patria de los superhéroes

de las revistas mexicanas,

las infalibles nuevas técnicas de venta,

y la Mecánica Popular, el palacio de Disney,

Cabo Cañaveral, la envidia "sana" de los fascinados

por la moderna escalera del progreso técnico,

"La Ciencia crea un Mundo Nuevo", decía Selecciones;

la bella imagen de Marilyn suicida, el hongo de Hiroshima,

no encajaban bien dentro del cuadro,

pero se sabe, en toda buena familia hay algún descarriado,

alguien que ocultar en el desván para que no se asusten las visitas,

pendejos,

las fotos de My Lai

golpearon en algún lugar tan nuevo

como el despertar de la entrepierna,

donde resonó Santana o Hendrix un instante antes,

despertando un saber desconocido,

(los soñadores consumen adrenalina

por eso

cuando despiertan suelen parecer cansados)

blowing in the wind llegaba olor a pólvora

pero no de tan lejos,

algo andaba mal cerca de casa,

entre tanto cursillista "de colores"

y la gran Morsa militar,

comunión de los santos, ora pro nobis,

"movilicémonos, movilicémonos,

oh my lord,

el diablo acecha y no sabemos dónde,

los demonios son feos, extraños y taimados,

búscalos y mátalos desde tu corazón",

imberbes,

hay que aprender a leer,

hay que aprender a leer los diarios,

enseñaban los ardientes profetas,

entre líneas hay una aventura en cada página,

las conversaciones se caldeaban en el barrio,

extraña ecuación de un país en trágica obertura:

alguien no decía todo lo que sabía

y alguien no sabía todo lo que decía,

una palabra mágica abrió una función inesperada:

huelga, estallaba en la puerta de casa,

en el viento llegaba olor a nafta,

olor a incendio pero no tan lejos,

perejiles,

arrastrados al ojo del tornado,

el tiempo comprimido de la Historia

que se erguía como una gran puta frente al horizonte,

atrayente y lejana,

el mundo quedaba cerca frente a nuestro deseo,

tenía nuestro olor y nuestra música,

nos tiraron gastadas herramientas y

"háganse cargo",

las tareas inconclusas de otras generaciones,

o a redimir la culpa de los padres;

y USA nos usa, USA nos abusa,

murmuraba el viento y

el vietcong son negritos comunistas,

era la nueva didáctica mediática,

recemos, recemos y alejemos el peligro rojo,

crece como la peste,

"movilicémonos, movilicémonos,

oh my lord,

el diablo acecha y no sabemos dónde,

los demonios son feos, extraños y taimados,

búscalos y mátalos desde tu corazón",

las fotos, las fotos de Mi Lay,

las fotos del napalm, la foto de la nena desnuda

escapando al incendio,

Charly uno, ¡conteste!,

palabras nuevas y sonidos nuevos,

Paint in Black guerrillero,

(en casa a muerte con el Rey del Compás

y la Familia Falcon,

"siempre hay gente buena..."),

en la calle asomaba un dada pop, crecía el olor

a fuego nuevo, a juego por jugar,

de Larry, Curly y Moe a déjalo sangrar,

de la risa a la sangre casi propia,

virginidad perdida y recobrada,

en un crecer de vello púbico,

y la calle que siempre

es la primera aventura del mundo,

siguiendo el rastro del viento,

la ofensiva del Tet y el General Westmoreland

desconcertado (en Viet Nam

no sonaba The Bridge on the river Kwai),

los papás de las muchachas que nos despertaban el sexo,

tomaban wisky nacional junto a Ray Connif,

no recordaban al Titanic,

soñaban Frank Sinatra, reían con El Show de Lucy

y confiaban en la reserva moral de la nación,

perejiles,

entre el vino barato y el cielo suburbano aprendimos a ver,

al borde de la calle estaba el Che, el cordobazo, Cuba, la liberación,

la sangre ajena hecha bandera propia,

y la Esfinge del Viejo tan lejos

como Hanoi, Pekín, La Habana o Buenos Aires,

en la Madrid del almidón franquista,

y tan cerca de casa sin embargo,

en la vieja foto del caballo con pintas,

o la de Esa Mujer sin edad ni tristeza,

puesta a resguardo en el fondo de un galpón,

difícil evadir ese tambor del pueblo

reclamando

recordando

resistiendo

difícil aceptar un padre

que valga mas que el nuestro y sus sudores,

salvadora desconfianza del suburbio inmigrante,

después se sabe, todo aceleró los desconciertos,

alguien gritó: "animémonos y vayan"

el viento los olores la pólvora la sangre,

y como sucede en los grandes encuentros,

en las reuniones de trabajo o de juerga,

todo se resuelve en los últimos minutos

y los que se fueron antes se lo pierden

o se salvan...

(permítaseme

un corte al tiempo,

licencia de poeta que además

ya lloró lo suficiente),

todo lo sólido se disolvió en el aire, estaba escrito,

pero nadie comprendió ni pudo saberlo exactamente antes,

de otro modo la historia no tendría gracias ni desgracias;

en la biografía individual

el tiempo se angosta, se comprime como estilete delgado

y se hunde sobre el cerebro de los sobrevivientes

que quieren estar vivos, que quieren recordar releer relacionar

darle sentido al respirar,

ese es dolor que ya no cesa,

ya no mas perejiles,

ni tan ágiles ni tan confiados

en los poderes de la entrepierna y de la suerte,

buscamos ojos en el país de las cabezas gachas,

los buenos diarios nos libran

de la falta de expresión

con su grandiosa libertad de poder

decir lo que conviene al poder,

la avanzada occidental,

los tomadores de Old´Smuggler de antaño,

lograron su trago de burbon auténtico en Miami,

reemplazaron a Connif por la disco,

pueden morir tranquilos,

dios argentino, el paraíso en Florida,

y el dulce purgatorio en New York,

los sonidos de la calle se empaquetan y se venden

o se apoltronan en enciclopedias desnatadas

y en el álbum de viaje,

lo correcto es un traje que les sienta bien

a los que tienen un mundo que ocultar,

y mucho por perder el día que los ciegos vean,

pero el medio tono se estremece,

la noria de la fiesta se trabó,

crecieron los monstruos del desván,

una vez mas, un aprendiz de brujo

abre las puertas del infierno:

debajo del Armani impecable,

entre los gráciles bytes insustanciales,

arde el espacio, arden los cuerpos, el aire arde

y arde el orgullo herido el 11/S,

"movilicémonos, movilicémonos,

oh my lord,

el diablo acecha y no sabemos dónde,

los demonios son feos, extraños y taimados,

búscalos y mátalos desde tu corazón,

recemos, recemos, pero al único dios,

el dólar de la suerte en el bolsillo,

fuera, fuera, extranjeros con túnica,

solo queremos petróleo no sus cuentos

ni sus mil y una noches, ni su rezo a La Meca,

ni a su Nínive, ni a su Gilgamesh,

Bagdad no tiene alfombras mágicas,

hay que llevarse un souvenir,

foto digital, cómo le explico a mi padre the farmer,

qué basurita que son, qué poca cosa,

mirá como los tengo bajo el pié, bajo

todo el peso de mi ley, mi dólar, mi dios,

te vengo a liberar

Bagdad, escoria humana acostumbrada al fuego del desierto,

te traigo, con el atrayente olor a pólvora, el anticipo de mi modernidad

y mi cultura mundana,

¿y me desprecias?

me lo advirtieron y no lo podía creer,

cantá, cantá basura...

movilicémonos, movilicémonos,

oh my lord,

el diablo acecha y no sabemos dónde,

los demonios son feos, extraños y taimados,

búscalos y mátalos desde tu corazón",

ya no mas perejiles,

ya sabemos

la canción contraseña del imperio,

látigo de la culpa sobre nuestra carne,

veneno del miedo a la verdadera libertad,

enfermedad de la máquina del puro lucro,

que cada tanto necesita sangre humana,

carne humana, huesos, almas...

nosotros

bastante crecidos ya, como para decir nosotros,

cansados sobre caballos mas cansados aún,

de tanto galopar en círculos,

abandonamos la falsa certidumbre de las calesas del barrio,

sin rumbo fijo ni progreso definido,

pero aún tenemos bandera,

una invisible bandera que no se nombra

mas que con contraseña de ojos,

rabia y bandera,

"y una esperanza humilde",

poca cosa o bastante

según se mire, según se viva,

solo confiar en la sed nunca en el vaso,

nos queda la palabra y la confianza en el viento,

siempre trae rumores nuevos al oído atento,

las maestras ya no usan almidones,

no le temen a la palabra huelga,

el mundo sigue ajeno y lejos

pero la humanidad es una y

para bien y para mal, lo sabemos,

resiste ajenidad y desprecio,

nuestros héroes son de aquí, sobrevivieron,

y vuelan siempre jóvenes en nuestra memoria,

porque nos queda la memoria

y recordamos,

nos queda el hambre de otra libertad,

el sueño que el imperio del odio se termine,

acunado

entre canciones nuestras

y vinos ardorosos.

C.A. 06/2004