Por último

"...haber estado complicado con el viento que siempre tiene razón,
con la tierra y el agua y con la hierba que siempre tienen razón."
(R.G.A.)

12.9.05

Cosas para escuchar, compartir, recomendar...


En estos días el invierno se esta yendo como sin querer, con frío, pero con un sol pleno que nos calienta, protegidos tras los vidrios de un ventanal, y anticipa la próxima primavera. Son buenos días para escuchar con dedicación recientes grabaciones aparecidas por la ciudad.

Un poeta y cantante como pocos
Jorge Fandermole y sus "Pequeños Mundos"

Lo escuchamos el año pasado, en el excelente reducto de 17 y 71, cuando presentó su anterior trabajo “Navega”, y anticipó algunos de sus nuevos temas, como “Junio” que forma parte de estos “Pequeños Mundos”. Un bellísimo y crudo homenaje a Dario Santillán y Maximiliano Kosteki. Una canción de esas que justifican plenamente escuchar a este gran compositor santafecino. Pero además, están: “Solo”, “Cabo de Santa María”, “Diamante” y muchas otras donde a imágenes poéticas de una gran belleza, se suma una cuidadosa orfebrería musical que merece ser escuchada con dedicación, no es una música que impacte a la primer escucha, sobre todo cuando nuestros oídos están demasiado habituados a estribillos y acordes fáciles para una rápida digestión. En aquella oportunidad en “Ciudad Vieja”, también un día de invierno crudo, salimos todos con los hijos húmedos y las manos rojas de aplaudir con ganas a un tipo sencillo, sin grandes gestos ni alharaca, que simplemente nos conmovió. Hay que escucharlo.

La música y la poesía de los exilios
Dos CD del Cuarteto Cedrón con Página 12

Los dos últimos domingos, el diario “K” (cariñosamente hablando) “Pagina 12”, ofreció dos joyitas del mítico cuarteto del Tata Cedrón. El primero dedicado íntegramente a Gonzalez Tuñón (incluye no solo las versiones de algunos de sus poemas más recordados como “La calle del agujero en la media” o “Eche veinte centavos en la ranura” o “Lluvia”, sino también fragmentos de una deliciosa entrevista que el propio Cedrón mantuvo con el poeta, circa 1970). El segundo, contiene una recopilación de poemas musicalizados por el cuarteto, en grabaciones que abarcan las últimas cuatro décadas. El seleccionado de poetas es admirable e incluye desde Cortázar y Borges, hasta César Vallejo, Dylan Thomas, Celedonio Flores, Paco Urondo, Oliverio Girondo, Enrique Molina y otros. Al escuchar estas grabaciones de años tan distantes, en algunos casos me parece que se huele un aroma triste, que no es mera melancolía por los viejos tranvías, bares u organitos desaparecidos, es ese exilio que sin dudas se nos pegó a la sangre y al alma de estos músicos, generando una cosa entrañable y que podríamos decir, si esto tiene algún sentido, parece formar parte de ese paisaje urbano de la “argentinidad generacional”, seguramente parecido y fiel a todos los paisajes de pérdidas, alegrías, dolores y exilios que en el mundo han sido y que perduran en la memoria por la belleza de una canción. Al fín de cuantas, el propio Tata Cedrón, en un reciente reportaje en “Página” decía:
–Es como dice el poema de Tuñón acerca del tiempo.–“El tiempo humilla y ultraja, todo menos la canción.” Ese poema me ha guiado a mí, como te puede guiar a vos. Ese verso es una bandera, una frase para decírsela todos los días.

8.9.05

Jugar y dejar jugar

Murió Nicolino Locche
Vivir y dejar vivir


El box es un gran aprendizaje de los límites, de las propias fuerzas y de las del ocasional contrincante, del espacio propio y de la mejor economía en el uso del espacio común del ringside (por más que, de tanto en tanto, alguien viole el espacio permitido para que un Dempsey apabullado vuelva al redil y termine venciendo al Torito que merecía el triunfo). En ese sentido, Nicolino Locche fue un sobrio economista, de los que no abundan en nuestro país, acostumbrados como están a manejar impunemente recursos ajenos, sin límite.
“Se nos fue Nicolino”, “se murió una ilusión”. “El intocable”, “un artista del ring”, “era como Chaplín”, se escucha ahora. Y es cierto. Cualquiera que haya visto esas peleas suyas “en blanco y negro” recuerda esa continua danza de fintas y amagues, una especie de vértigo que crecía, segundo a segundo, frente a un personaje que parecía el prototipo del “antiboxeo” y bailoteaba frente a sus rivales hasta cansarlos, con la guardia baja, poniendo la cabeza “como para que le peguen”, jugando al límite con sus increíbles reflejos y desatando una fiesta que entusiasmaba hasta a las mujeres, haciéndonos comprender que en el box no todo era cuestión de quién pega más fuerte o quién arremete con más bronca y produce más sangre. Permitiéndonos gozar del tiempo “suspendido” de los grandes espectáculos artísticos, de esa emoción que surge, incomprensible, frente a la belleza en acto. Con una fina inteligencia, se permitió volver a la esencia del box y de todo deporte: el juego. Un juego donde vale tanto el ataque como la defensa, tanto el sonido como el silencio, como sucede en la música. Un juego que, como en el caso de Garrincha o el “Loco Houseman”, no estaba limitado ni atrapado por esa fiebre del resultado, por esas formulas típicas del éxito comercial, del predominio del “showbizz” y del “time is money”, donde al grito de “matálo, matálo” unos pobres y desesperados espectadores, azuzados por una publicidad gansteril y los malos comentaristas, son capaces de sacrificar a sus propios hijos; solo saben disfrutar “a ganador”, solo saben la mitad del juego y se pierden el disfrute, la habilidad de los que lo hacen con placer. Algunos hablaban de un “boxeador humanizado”, quizá porque así compensaban su mala fe, quizá porque les permitía creer que podía haber otra forma de encarar un deporte donde, en demasiados casos, la historia, la vida de los deportistas, terminaba mal, muy mal. Creo que, mas allá de su genialidad innata, mas allá de haber contado con un gran maestro como “Paco” Bermúdez, Nicolino también fue producto de una época o mas bien del fin de una época, de un momento de nuestra historia donde aún se podía pensar en “vivir y dejar vivir”, donde lo importante no era ganar destruyendo al rival, sino cansarlo, abatirlo, disfrutando cada minuto del juego. Esos años ´60 donde todavía se vivía la ilusión mayor de un país con movilidad social, con casi plena ocupación y con un estado que podía dar educación, salud, seguridad, nafta barata y espectáculos masivos, aún en medio de golpes militares, proscripciones y estallidos sociales que anunciaban los cambios por venir. Esa vida “inocente y juguetona” que era una aventura digna de vivirse. Sin necesidad de “aniquilar” al adversario, “viviendo y dejando vivir”. Después vinieron los apuros, la imperiosa necesidad de correr los límites y ganar a toda costa. Después vino otra vida. Y otro tipo de deportes.

5.9.05

homenaje a Tuñon

una modesta solicitud para Juancito Caminador

Don Raúl, usted sabe,
siguen raleando los bares con estaño,
en este siglo minúsculo en humanidades todavía,
con putas y marineros y rufianes de cartón
buscando la moneda salvadora
entre la baraja y la canción

Ya nadie espera
que el viejo Gómez responda por fin dónde hay un mango,
en todo caso el suburbio se subleva mareado en alcohol o pasta base,
con la musiquita que le queda,
y busca la guita, la vishusha salvadora
con un fierro prestado y una ilusión en cuentagotas,
eso que es solo sobrevida.

No hay cafés ni vinos templados por relatos ardientes,
como hongos crecieron los antros luminosos “for export”,
donde enganchar algún gil, de paso con un euro o un yen,
o envasar la nostalgia como un pasado higienizado, indoloro e insípido,
sin sangre derramada, sin lucha de clases, ni aventura del mundo,
sin una ranura donde echar la mágica moneda
de algún modesto sueño propio.

Don Raúl, hemos perdido algunas cuantas certezas,
en la fosa común que le arrojaron al pueblo los de siempre, usted sabe.
Y aunque no sea hora de joder con más azotes sobre la espalda propia,
tal vez fallamos,
tal vez algo quedó en el frente del Ebro, en Barcelona,
o en los intentos por blindar las rosas
sin perder la ternura como mandaba Ernesto,
¿Usted que opina camarada?

Algo salió para el carajo entre nosotros y así estamos ahora,
Con una alegría medio en yanta,
tornándonos más viejos antes de cuenta.

Tenga a bien, compañero,
amigo de los barrios olvidados,
gran andarín de noches inauditas,
experto en lunas y fulgores,
tenga a bien recordarnos la alegría infinita
de la cofradía de los sin ropas y sin tierra,
el ancho viento de la vida
que se refugia y crece en los rincones proletarios,
con la rabia mordida y los puños alertas,
tírenos una vez más la fija exacta
para que el oficio de vivir a ojos abiertos,
al dolor negro y la roja alegría
sea una herencia posible y un destino de todos.

2.9.05

a cada uno su propia basura... o la basura para el más debil

El próximo lunes 5 de setiembre a las 18,30 hs. en la sede de la "Federación de Instituciones de La Plata" se llevará acabo una reunión de vecinos y ONG´s de nuestra zona para organizar una "Caravana en defensa del medio ambiente". ¿Porqué?, porque el "relleno sanitario" de Ensenada va en camino a convertirse en otro Villa Domínico, degradando la calidad de vida de todo el territorio que lo circunda. El CEAMSE, responsable del mismo, habló en su momento de "gestión integral" y "planta de tratamiento", pero hasta el momento nada serio se hizo, la basura se sigue acumulando y solo se pide ampliar y ampliar el predio existente. ¿Tendremos que esperar que la basura nos tape?.
Mientras esto sucede, decenas de pequeños agricultores del otrora famoso cinturón hortícola platense, hacen malabares para conseguir abonos y fertilizantes a bajo precio... y los cartoneros recorren la ciudad tratando de hacer "algún pesito", seleccionando, como pueden, en las bolsas de basura: papel, carton, metales o cualquier otra cosa que pueda revenderse...

Cuando las palabras pierden su significado

Para los grandes medios de comunicación, durante estos meses de previos a las elecciones, los meses de "campaña", se sucede el paroxismo de "la política", el gran show de la democracia, la disputa por la frase o el eslogan más original, más pegadizo, más "exitoso". Sin embargo creo que sucede exactamente lo contrario. El sentido primario de un régimen democrático, la verdadera y masiva participación de los ciudadanos, parece pasar a un segundo plano, tanto como la discución sobre cómo solucionar los acuciantes problemas de una sociedad que se empeña en naturalizar (¡y neutralizar!) la cruda realidad de un 50% de pobres e indigentes, para los cuales el "no future" nunca fue una consigna punk. Conclusión: no hay política. Solo hay otro juego de mercado mas. Con sus reglas, sus estrategas y estrategias, su cotillón, su packaging, su publicistas especializados. En suma: un producto, que, con la inversión y la habilidad adecuada, se posicione como "lider", venda lo suficiente como para retribuir con creces. ¿Pero retribuír a quién?.